Once upon A Time
Una vez mas me encuentro sentada frente a una hoja en blanco,
respirando profundo, intentando poner en orden recuerdos para escribir. Recuerdos
que más tarde volveré a encerrar bajo llave en un cajón al final del placar de
la memoria.
Miro la hoja en blanco, la primera hoja de un cuaderno nuevo, que posiblemente llenaré escribiendo sobre vos, como lo he hecho con miles anteriores
a este. Mientras miro la hoja, en mi cabeza paso de recuerdo en recuerdo como
si viese un álbum familiar, intentando encontrar el que más me retuerza el corazón.
Con el tiempo la elección se volvió más fácil, al principio recordarte era como
una aplanadora, pero poco a poco el dolor fue disminuyendo, sin embargo hay días
más difíciles que otros, en los que esos recuerdos en los que nos reímos por
horas sin parar no solo me estrujan el corazón si no que me cierran el estómago,
me hunden el pecho y me dejan un nudo en la garganta que toma horas, a veces días,
en desatarse.
Hoy es uno de esos, y como todos los síntomas del desastre
aparecieron de golpe me parece mejor cerrar el álbum y postergar el estreno del
cuaderno para uno de esos días donde ver el álbum me enoja más de lo que me
deprime.
Me gustaría creer que cerrarlo es la clave para alejarte de
mi cabeza, pero lamentablemente estas en todos lados; en cada rincón de mi
solitario departamento y en cada recoveco de mi cuerpo, que se siente
abandonado desde que te fuiste. La seda de las sabanas no están suave
como tus dedos y el espacio vacío de la cama, que parece 20 metros más larga
ahora que no estas, concentra un frio insoportable.
Cada mañana el sol empuja y se lleva a la noche y con ella
todas esas pequeñas utopías que imagino antes de dormir, donde el destiempo no
existe y el “felices para siempre” es el final de todos los cuentos. Supongo que
el nuestro ahora solo dice “había una vez un nosotros". Igual,nunca fuiste el
tipo de príncipe que iba a rescatar a su
chica, ni yo el tipo de princesa que podía esperar a que la vengan a
buscar. Siempre preferí ser mi propia heroína, aunque no hubiese esperado
que mi príncipe se convirtiera en dragón, ni que a mí me gustara tanto quemarme.